Un tropezón es caída

Y finalmente realizamos una de las actividades que esperábamos hacer en Nueva Zelanda: ir a esquiar. Bah, en realidad ir a un centro de esquí, alquilar algún equipo de algo y pasar un día en la nieve. El verbo es lo de menos.

Desde que empezó el invierno que amagábamos a ir pero por una cosa u otra se nos venía negando, hasta que un día vimos en Bookme (una página de acá al estilo Groupon) una oferta en un pase de un día para ir a Porters, el centro de esquí más cercano a Christchurch.

Así que al sábado siguiente nos calzamos nuestra mejor ropa para el frío, miramos unos videos de los Juegos Olímpicos de invierno y recorrimos los cien kilómetros hasta Porters en nuestro ya inmortal auto, que se bancó como un campeón los últimos diez de camino de ripio y subida hasta donde empezaba la nieve.

Nos decantamos por alquilar una tabla de snowboard cada uno en vez de esquíes porque nos pareció que podía llegar a ser más fácil (?) y más divertido. Yo además le agregué al pack unos lentes para la nieve y Ro una campera y un pantalón. Así bien chetos salimos a la pista.

Como no encontramos la zona de principiantes nos tuvimos que conformar con la de nivel intermedio, la cual no tenía una pendiente muy empinada pero tampoco tenía una zona plana donde se pudiera frenar solo, con lo cual era muy factible el riesgo de pasar de largo la valla que la delimitaba (y caer por un precipicio de 200 metros).

Así que al principio nos largábamos desde una corta distancia, y ante el menor acelere de la tabla ya nos tirábamos al suelo por miedo a no poder parar después. Además es increíble la velocidad que agarra ese bicho al deslizarse, no se frena con nada.

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Un arranque con problemas

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Estabilizando

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Como un campeón

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Un final desprolijo

Cuando se acercaba el mediodía ya estábamos más cancheros así que decidimos que estábamos listos para largarnos desde la cima de la pendiente de nivel intermedio. Tratamos de subir con esos elevadores en donde vas con la tabla puesta, te agarras de una correa y te lleva deslizándote, pero era muy difícil mantener el equilibrio y a los cinco metros rodamos por el piso, con lo cual tuvimos que desistir y subir caminando.

Después de unas pruebas parecía que lo dominábamos (por dominar se entiende lograr avanzar un par de metros sin caerse y frenar sin dar demasiados tumbos sobre la nieve), con lo cual nos fuimos a almorzar con la esperanza de volver luego y romperla.

Pero la magia se fue junto con los sándwiches de miga, y al regresar ya nada era lo mismo. Después de algunos intentos fallidos en la parte más baja volvimos a la cima del sector intermedio y en mi primera bajada tomé una velocidad digna de Schumacher, me asusté, quise frenar tirando el cuerpo para atrás (lo que se supone que se debe hacer), pero caí mal con todo el peso del cuerpo sobre mi hombro derecho. Resultado: fuera de las pistas hasta la próxima temporada.

No me rompí nada pero me dejó un dolor que duró un par de días, y ni hablar que ese sábado no pude seguir. En realidad intenté una bajada livianita para las cámaras (en las fotos de esta nota ya estoy compitiendo lesionado) pero me la volví a dar en el mismo brazo y desistí.

Ro siguió intentando un rato más y logró muy buenos resultados, aunque hacia el final su labor también desmejoró y se dio un par de golpes, pero nada que le impida seguir su carrera en la competencia invernal. Incluso intentó volver a subir la montaña con el elevador, arrancó bien, recorrió unos diez metros y terminó rodando. Ah, y en la última bajada se llevó puesto un pibe que pasaba esquiando.

Después de tantas fatigas enfilamos rumbo a la confitería para un reparador y merecido café caliente, y cuando ya estábamos dejando la montaña atrás y el ocaso de la tarde lo cubría todo con sus sombras vimos en lo alto y a lo lejos la bandera que indicaba la famosa zona de principiantes, la que no habíamos podido encontrar en todo el día…

La #%$& que lo pa**ó.

En fin, buen día invernal al aire libre, que dejó sus secuelas, pero si Schumacher chocó su auto un montón de veces, Maradona erró penales y Tinelli hizo menos de diez puntos de rating, ¿cómo no nos iba a pasar a nosotros?

DCIM100GOPRO

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