Melbourne es un buen lugar y ha sido señalado en varias oportunidades como una de las diez mejores ciudades del mundo para vivir. Aunque personalmente creo que se exagera, no deja de ser atractiva e interesante. Por eso, como nada me gusta más que sacar conclusiones apresuradas, aquí va una breve descripción de la ciudad a través de sus tópicos más llamativos.
Gotham City
Curiosamente, Melbourne fue fundada por un ganadero australiano llamado John Batman que, hasta donde sabemos, no se dedicaba a combatir el crimen con una capa y una máscara. También está lejos de los índices de criminalidad de Gotham, ya que por lo general es un sitio muy tranquilo donde casi nunca pasa nada. Aun así a veces se escuchan historias de bicicletas robadas y otros delitos menores.
Como curiosidad, Melbourne fue capital de Australia entre 1901 y 1927, cuando se trasladó a Canberra.
Así dejaron los pungas nuestra bicicleta en un frustrado intento de robo
La ribera del río
La ciudad está atravesada por el río Yarra, el cual desemboca en un estrecho donde confluyen el océano índico y el mar de Tasmania. La costa del río está muy bien aprovechada ya que hay anchas calles peatonales para caminar, correr o andar en bicicleta, y a lo largo de sus kilómetros de extensión hay numerosos parques, bares y lugares para practicar deporte.
Melbourne tiene algunas playas, como St. Kilda o Brighton, pero no son nada del otro mundo y más que nada la gente las usa para tomar sol o realizar deportes acuáticos a vela (windsurf, kitesurf, etc), aprovechando el viento que sopla casi constantemente en la costa.
El violeta es el color de moda en la costa
El centro
Rigurosamente, la ciudad debe tener no más de quince cuadras de edificios. Esto es algo a lo que veníamos acostumbrados de Nueva Zelanda, que las ciudades se extiendan mucho más en el territorio, construyendo más casas que edificios. Así, a pesar de que Melbourne es cuatro veces más grande que Rosario (casi 4 millones y medio de habitantes), por ejemplo, su densidad de población es cinco veces menor.
Entre los edificios históricos se aprecian muchas construcciones victorianas con ese estilo inglés tan característico de ladrillos, mucho hierro y terminaciones góticas. Además, está lleno de bares y lugares para comer que abren todos los días hasta tarde (hola Christchurch) y siempre hay gente. Los precios, como la mayoría en Australia, son bastante caros: una pizza, por caso, puede costar unos 20 dólares.
Al ser un lugar tan multicultural hay locales para todos los gustos: chinos, vietnamitas, tailandeses, coreanos, japoneses, italianos, mexicanos, brasileros y hasta algunos argentinos.
Bar arcade, genial combinación de bar y máquinas de videojuegos clásicas
El transporte
Para moverse utilizan colectivos, trenes y tranvías. Para acceder al servicio se utiliza la misma tarjeta, que se recarga por internet o en los puestos de venta que hay en la mayoría de las estaciones. El tren suele tener buena frecuencia y conecta la mayoría de la ciudad, pero no así el colectivo y los tranvías. Y hay que destacar que el boleto cuesta unos nada despreciables 3,76 dólares australianos (2,85 USD). Al menos el tranvía en el centro es gratis.
Algo que nos llama mucho la atención es la gran cantidad de gente que no paga el transporte. Se suben al tranvía o al colectivo (en el tren no pueden porque hay que pasar un molinete) y con su mejor cara de piedra se sientan sin más ante la inacción del conductor. Si piensan que son uno o dos personas les aseguro que no, ya que en cada viaje al menos la mitad de los pasajeros no marca el boleto. Una cifra increíble de ladris como no he visto en ningún otro lugar del mundo.
En el barrio chino se ven autos como este, un McLaren!
El deporte
El fútbol australiano (“footy” para los amigos) es por lejos el más popular. Sólo en Melbourne hay 9 de los 18 equipos que participan en la Liga Nacional y a cada partido asisten en promedio unas 40 mil personas. También tiene dos equipos de fútbol en la primera australiana, uno de ellos llamado Melbourne City, administrado por los mismos dueños que el Manchester City y que la temporada pasada tuvo entre sus filas al español David Villa.
Además, es sede del primer grand slam de tenis del año, el Australian Open, y de una fecha de la Fórmula 1. Por si fuera poco, Melbourne fue sede de los Juegos Olímpicos de 1956, donde dejó segunda en la elección a Buenos Aires por apenas un voto.
Directo a Las Leonas
Números finales
Si odian las estadísticas pueden saltearse este párrafo sacado de Google, aunque da una visión interesante de algunas cosas. La edad promedio en Melbourne es de 28 años (en Argentina es 34), el 48 % de sus residentes nacieron en el exterior (Reino Unido, Italia, Vietnam y China encabezan la lista, en ese orden), el 10 % de la población habla chino mandarín, hay 178 mil lugares de comida (bar, cafés, restaurants, etc) y el 73 % de la gente cree que Maradona es mejor que Pelé. Fin.
Uno de los tantos restaurantes, donde trabaja un servidor (?). Baratito sobre todo…