La reunión de Oasis

Nuestros gustos musicales nunca están muy al día. No por prejuicios (bueno, quizás un poco sí) ni por eso de que “música era la de antes” (léase con voz ronca, mezcla de cigarrillos y whisky barato). En fin, no sé bien por qué. Pero una de nuestras bandas favoritas es Oasis, que se separó hace más de diez años.

No voy a hacer acá una biografía de la banda. Lo más importante es que la lideraban dos hermanos, Liam y Noel Gallagher, y que se terminó justamente cuando estos dos hermanos se pelearon. Desde entonces, cada uno siguió una carrera solista con suerte dispar hasta el día de hoy.

Llamarnos fanáticos de Oasis sería decir demasiado. Nos gusta, tenemos algunos discos en casa (¡qué antigüedad!) y conocemos varias canciones, pero no mucho más.

En 2018 fuimos a ver a Noel Gallagher en Rosario. Llegó con su nueva banda, los High Flying Birds, que sonaban bastante bien. El recital se saldó con un setenta por ciento de temas de la banda nueva y el resto con unos clásicos de Oasis. Bien, especialmente porque las canciones de High Flying Birds nos gustaron bastante.

Tuvieron que pasar cuatro años para que volviéramos a un recital del mundo Oasis. Resultó que yo buscaba un regalo para el cumpleaños de Ro, y encontré un recital de Noel y su banda en Colwyn Bay, Gales. Los Gallagher son de Manchester, Inglaterra, y Colwyn Bay está a apenas cien kilómetros. Parecía un buen lugar para ver un recital, con el núcleo duro de los fanáticos de Oasis presente.

Dio la casualidad que algunos días después Liam Gallagher anunció que venía a Copenhague, apenas una semana antes del recital de Noel en Gales. Qué mejor oportunidad para ver a los dos hermanos en vivo con muy poca diferencia de tiempo, casi como si Oasis hubiese vuelto a reunirse para nosotros.

Liam tocó en el marco de un pequeño festival de verano en un parque, con otras bandas menores (menores para nosotros al menos) que prepararon el ambiente. A las diez de la noche, el menor de los Gallagher salió al escenario envuelto en una de sus características parkas, con una pantalla de fondo en la que destellaban diversos apelativos que aparentemente lo definen: “Ícono, omnipresente, celestial, estrella de rock and roll, jedi, humilde”. Fiel a su estilo, no dijo ni “hola” y empezó a cantar sin más.

La música solista de Liam no nos gusta demasiado. Nobleza obliga, empezamos a escucharla apenas después de comprar la entrada para su recital, pero como que no nos llegó. Y no parecíamos ser solo nosotros porque, conociendo a su público, Liam abrió el recital con “Hello”, un hit de Oasis, y enseguida siguió con “Rock ‘n’ Roll Star”. En total, de diecisiete canciones, cantó nueve de Oasis y ocho de su carrera solista. El público danés, sin ser ninguna locura, demostró entusiasmo y un sólido conocimiento de las letras.

Siete días después volamos a Manchester. Tuvimos que alquilar un auto para ir a Colwyn Bay porque nuestro tren había sido cancelado, así que llegamos a este pequeño pueblo en la costa norte de Gales manejando por la izquierda. El día estaba frío a pesar de ser verano, pero Colwyn Bay mostraba un interesante ambiente pre-recital. Los fanáticos llenaban los pubs con sus gorros pilusos y sus remeras, y en la peatonal un artista callejero daba un recital con el mejor repertorio de Oasis y un sospechoso parecido a Liam Gallagher.

Colwyn Bay

A las cuatro de la tarde nos dirigimos al estadio Eirias, lugar del concierto. A diferencia de Copenhague, no era un festival. Había dos grupos de soporte, pero Noel Gallagher’s High Flying Birds era “la” banda de la noche. El estadio, aunque pequeño, era lindo, y alrededor del campo se alineaban puestos de cerveza, comida y merchandising.

Noel salió a escena a las ocho y media, cuando el sol empezaba a caer sobre el mar. La cancha estaba llena, con unas diez mil personas. Nosotros nos acercamos lo más que pudimos al escenario y quedamos en medio de un grupo que parecía estar bebiendo desde temprano.

A diferencia de Liam, la carrera post Oasis de Noel nos gusta más. Después del recital en Rosario seguimos escuchando seguido a los High Flying Birds, así que estábamos bastante preparados en lo que a conocimiento de su música se refiere. Pero aun así, de las primeras nueve canciones que tocaron (todas propias) solo conocíamos tres.

No éramos los únicos. El público coreaba con tibieza algunas letras, pero estaba claro que la mayoría tenía incluso menos idea que nosotros de qué estaba escuchando. Recién al décimo tema Noel se decidió a encender un poco nuestros corazones cantando “Little by little”. Lo hizo después de pelearse con alguien en las primeras filas y de gritar, malhumorado, “¿creen que esto es fucking caro? Ahora van a ver por qué pagaron lo que pagaron”. Sí, la simpatía no es uno de los dones de ninguno de los Gallagher.

Encadenó seis canciones de Oasis, necesarias para animar al público, hizo dos hits de los High Flying Birds y cerró con “Don’t look back in anger”. Casualidad (o no), el único tema en común con el recital de Liam fue “Wonderwall”.

El público inglés/galés nos decepcionó. Al estar tan cerca de la “casa” de Oasis esperábamos mucho más fervor, pero varios a nuestro alrededor estaban más preocupados por lograr algún levante (ligue, dirían los españoles) que por disfrutar la música. Y de saber las letras, solo de los grandísimos hits, y hasta ahí. Me atrevería a decir que en Copenhague se conocía más.

Después, leyendo un poco en Internet, nos enteramos que al parecer los fanáticos más fervientes de Oasis se fueron con Liam en la separación, lo cual, con un poco de análisis, es fácil de entender. Noel no pierde oportunidad de criticar a los nostálgicos de Oasis, cuando toca sus canciones lo hace como si estuviera enojado, y la proporción de clásicos en sus recitales es menor que la de su hermano. Alguien en Twitter hizo una comparación que lo decía todo: mientras Noel tocaba en Gales para unas diez mil (quince mil, si se quiere) personas, unas semanas antes Liam había hecho un recital en Knebworth, Inglaterra, con ochenta mil personas presentes.

Nosotros no tomamos partido. Los queremos a los dos y esperamos que algún día puedan dejar atrás sus diferencias y volver a juntarse. Como dice esa canción de Oasis que ellos mismos inmortalizaron: “Two of a kind, we’ll find a way, to do what we’ve done”.*

* Dos del mismo tipo, encontraremos una manera para hacer lo que hemos hecho.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *